- Estoy aquí para contaros mi aventura, aunque hace de eso dos semanas, seguirá siendo la aventura de "la semana". En esa aventura, conocí a Buffy. ¿Que quién es ella? ¡Miradla bien!
Todo empezó cuando, una tarde nublada, mi mujer y yo decidimos que no teníamos nada para comer y que teníamos que ir a comprar al supermercado. Al salir, con dos bolsas llenas de alimentos de primerísima necesidad (no sé si lo sabéis, pero estamos a dieta), pasamos por delante de un jardín lleno de cactus. De pronto, un maullido bebé nos despistó de nuestro camino:
MIaaaaaaaAAUUUUUUUUuuuuuuu
¡AjÁ! Un gato llorando estaba cerca. Lo buscamos con la mirada, entre los árboles, cuando, de pronto, yo la miré de hito en hito. Era una gatita de apenas un mes y medio, y estaba atrapada bajo unos malvados cactus. Fue una gran odisea, pero no podíamos dejarla allí. Estaba abandonada, sola y pidiendo ayuda con su finita voz.
La cogimos echa un basilisco (la cogió mi mujer, porque yo tengo un pavor inexplicable a los gatos) y mientras yo cargaba con las bolsas de la compra, Kanon la llevaba sujeta con una mano, con las uñas en ristre y los nervios de punta, preparada para atacar en cualquier momento.
Al llegar a casa, la encerramos en el amplio balcón que tenemos, con un poco de leche y de agua. No comió durante horas, es más, estuvo agazapada, escondida, debajo de un carrito de la compra. No fue hasta más tarde, cuando mi mujer, completamente protegida con manoplas y ropa, entró al balcón a darle de comer con una jeringuilla. Además, le curamos un ojito que tenía supurando, por algún tipo de herida, con un algodón y té calentito.
La gatita la recibió con un bufido, pero se tranquilizó enseguida cuando Kanon la cogió en brazos y empezó a darle de comer. Fue increíble, parecía otra gata, totalmente tranquila y mansa. Hasta yo me acerqué y la acaricié, con un miedo incipiente en mi garganta. No morí en el intento, gracias a Dios. Aprovechamos el buen ambiente para prepararle una camita y llenar de alfombras el espacio, para que no tuviera frío (también cerramos la ventana, por supuesto). No utilizó la cama, pero le encontró otro uso (como escondite) y pronto se acostumbró a estar tranquila allí. Estuvo en casa tres días nada más, y aquello fue una gran aventura para mí.
Teléfono en mano, llamé a todo aquel que conocía que pudiera tener un gato. Nosotros no podíamos quedárnosla porque tenemos dos perritas y es humana, perruna y gatamente imposible. Creedme, no me habría importado dejarla en casa. La búsqueda de nuevo dueño fue agotadora. Facebook, Twitter, mails, teléfono... nadie. Nadie tenía un hueco para tal cachorrito de gato, tan bonita y mimosa. Desanimados y temerosos, creímos estar en un buen lío.
Es por eso que, al día siguiente la dejamos caminar por casa. Fue genial. Era tan pequeña y la casa parecía tan grande a su lado... No tardamos en empezar a jugar con ella y ella no tardó en exigirnos atenciones a todo momento. No quería que la dejáramos en el balcón y tampoco quería que hiciéramos nuestras cosas; se ponía a maullar enseguida, y sólo se le quitaba si le dábamos lo que quería. Tuvimos que ir a comprar arena de gato, y Kanon la enseñó enseguida a hacer sus caquitas y pipís allí. También la acostumbró a comer de los platos y no de la jeringuilla.
La gatita sin nombre (Cactus y Hana provisionalmente) era lista como ella sola y era encantadora, tremendamente encantadora. Nos conquistó por completo, pero nuestra relación era imposible. Aunque ella, la pobre, no tenía ni idea.
A mí, que siempre me he vendido como un amador de perros y un temedor de gatos, me llegó a salir alguna que otra lágrima cuando se la llevaron. No os penséis que la entregamos a un albergue, porque me negué en redondo a dejarla en manos ajenas y desconocidas que pudieran hacerle daño. Conseguimos que Tania, una buena amiga nuestra, le diera una gran oportunidad. Han pasado dos semanas y allí está, con su nueva familia, Tania, su mami y Kiara, su hermana mayor. Lloré amargamente cuando se fue, y la eché mucho de menos los días que siguieron su marcha.
Ya no escuchaba sus llantos cuando nos oía despertarnos y trastear en la sala. Tampoco sentía su calorcito en mi regazo, donde estaba cogiéndole gusto echarse a dormir, tampoco me quejaba de sus afiladas uñas trepando por mi pierna. Fue una despedida agridulce.
- Pero ahora está contenta, feliz, gordita y querida en su nueva casa. Fue una gran aventura haberla conocido, y lo mejor, Buffy será siempre "mi gatita". ¡La culpable de que haya abrazado y besado a un gato como si nunca hubiera temido a estos bonitos felinos!
Como final de esta bonita historia, os insto a recoger a todo animalito abandonado que encontréis y que, por supuesto, jamás abandonéis a vuestras mascotas. La calle es muy fría y dura para un ser tan lleno de amor y cariño. ¡No los decepcionéis!
awwwww los gatos son muy adorables *o* pero de todos los que ha tenido mi gatita Pacha (que todavía está con nosotros), siempre amaré a mi Naruto, hace ya cuatro años que murió debido a un envenenamiento, en ese entonces solo tenía 9 meses u.u, era muy tierno y cariñoso conmigo, solo se dejaba abrazar y acariciar por mí, cuando me acostaba a dormir él se acomodaba entre mis piernas y enseguida se quedaba dormido XD y cuando estaba sentada se acostaba en mi regazo y yo lo llevaba a mi cama para que durmiera más cómodamente pero al rato volvía y se acostaba en mis piernas XD también aveces acercaba mi rostro al suyo y él me daba como un besito >w< y cada vez que llegaba a casa él me recibía alegremente y el día que murió era de madrugada y fueron mis padres los que lo vieron muerto frente a la entrada de la casa, me dijeron lo que había sucedido y yo no quise ver su cadáver, quiero recordarlo vivo y alegre, lo amé demasiado y después de él no he podido amar a cualquier otro gato, él era especial y atesoraré cada momento que pasé junto con él :')
ResponderEliminarOh Jenny, qué historia tan trágica y a la vez tan bonita, por tu amor hacia él. Seguro que él sigue contigo, durmiendo entre tus piernas. Yo también he perdido a mis queridos compañeros, pero nunca ha sido por algo tan mezquino como un envenenamiento. La gente no sé cómo puede seguir respirando con tanta maldad en los pulmones.
ResponderEliminarNaruto sigue y seguirá siempre en ti, guapa ;) Un beso enorme y gracias por comentarme y contarme este pedacito de ti tan bonito. También lo atesoraré.
Mi Buffy gordiiiiiiiiiii JAJAJA me tiene locaaa!!! y además creo que piensa que mis brazos y manos son sus rascadores personales, pero le perdono porque cuando está durmiendo es un Sol (claro, no anda con sus locuras) y cuando la acerco a mi cara me da besitos como su hermana Kiara, y esta mañana se despertó (a las 6, ¡casi la mato!) y me despertó dándome lametoncitos en el brazo con su mini lengua, JAJAJA que mona es mi gordita!! ^^
ResponderEliminarQue mona!!!! que bueno que esta bien y feliz *_*
ResponderEliminar@Megami: AY que gracias a ti no sabes lo feliz que hemos sido. Quiero ver a la niña pronto :( seguro que está gigante, además Kiara ya la quiere wiiii voy a hacer una fiesta, te lo juro xDD
ResponderEliminarLiz: síiiiii, menos mal, todo salió bien. Además, era tan bonita y tan chiquita. En serio, lloré cuando se la llevaron xDD
¡Un besoooooote!